Primero decir que la historia escrita a continuación es mucho más real que la vida cotidiana y decir que los humanos son caramelos…
Y la iguana como dueña de la tienda “dulces corazones” la tienda de caramelos más conocida de Minipla decidió hacer una nueva creación de dulces, cogió un caramelo de fresa y otro de piña los hecho a una olla y los derritió juntos, una vez empaquetado me lo dio a probar, era la mezcla ideal, solo había un problema, era un poco ácido así que le echo más azúcar, lo cual ya había hecho cuatro tipo de caramelos uno de fresa, otro de piña, uno más ácido y otro más dulce, lo único que estaban todos en uno, me sentía responsable del futuro de ese caramelo, al echarle el azúcar ya no estaba igual de bueno pero me daba cosa decirle a la señora iguana que le quitara el azúcar y le dije que estaba perfecto lo cual fue un error, o eso creía yo… cual fue mi sorpresa que al día siguiente el seños iguana me dijo que aquella mezcla con azúcar que yo había degustado había sido un existo dulce ya que a toda Minipla le encantaba y que no solo lo empezó a venderse en Minipla si no que también en Trinilipla, Matrulipla, sayulipla…
Entonces entendí una cosa
-¿Cuál camaleón?
-Que no todos tenían el mismo gusto que yo, Dulceiguana
Y así fue como se fueron creando los distintos tipo de caramelos y todos fueron aceptados uno por uno y a cual más diferente, cada uno con un sabor, un sentimiento, un color y distinto grado de dulce… ¿y con esto entiendes ya por qué te llamas Dulceiguana?
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