miércoles, 12 de octubre de 2011

Profundo y asqueroso derroche

Pues es que estar incrustado en un grupo de personas maravillosas, a punto de cruzar un paso de cebra, da para muchas historias, pero esta vez es una en concreto.
Por el simple echo de ver cuando cerraba el medio de transporte por el cual podía estar allí, y allí empezó todo. Quedaba poco para que el semáforo se pusiera del color positivo, verde y  en ese preciso instante de los propios nervios del semáforo, se cayó una moneda del monedero y sonó esa típica melodía de una moneda caer al suelo, clin, clin, clin, clinclinclin...  de más lento a más rápido y  todas esas cabezas que miraban hacia arriba mientras hablaban faltó el 0,2 para que se creara el silencio y todas esas cabezas bajaran como girasoles en la profunda noche con ansia de que saliera el sol...
¿ y tan mal va el país? ¿ y mi ambición por el dinero? Pues si que va mal la crisis...
y entonces, una reflexión, sonar por la calle...   Eso es lo que tiene vivir entre pobres.

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