jueves, 8 de septiembre de 2011

La historia injusta de una vida aun más injusta

Entrando en puertas de hierro a la mafia se acerca
Señora presumida entrando al centro de estética
Llamando lentamente y con lágrimas hasta en las en las cejas
Señora del abrigo de pieles con aires de grandeza se acerca
Mafia abre la puerta con crujido espantoso cogiendo sin delicadeza
Con estilo y glamour sabe peluquero peinar con destreza
Desgraciada va por amenaza cruel e injusta de realeza
Señora presumida con oro y baño quiere una trenza
Y es que de forma cruel va desgraciada a la cerca
Y señora  presumida relajada a un baño sin vergüenza
Del cuello y con sierra puede perder desgraciada sus células vivas
Del pelo y con tijeras puede perder señora presumida sus células muertas
Como árbol centenario cortado para una cómoda se sentía desgraciada
Como lluvia en el desierto de sentía señora presumida
Como diablo en la guerra contra dios se sentía mafia
Como albañil finalizando un palacio se sentía peluquero
Finalmente como el grandioso polvo del albero
Termina peluquero de cortar pelo
Injustamente, desgraciada…
Dicho queda


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